jueves, 25 de noviembre de 2010

Historia secreta de una novela, de Mario Vargas Llosa


En plena euforia comercial tras la concesión del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, de lo que me alegré mucho cuando lo oí por la radio, me agencié un par de libros suyos que recogen parte de sus interesantes artículos y conferencias.

Historia secreta de una novela recoge una conferencia leída por Vargas Llosa en Washington State University (Pullman, Washington) en 1968. Publicada en forma de libro en 1971, es una relación muy interesante de los materiales y experiencias que tomó de la realidad y que le sirvieron para urdir la trama de su novela La casa verde. Se lee con mucho agrado y rapidez, tanto por su brevedad (78 páginas en mi edición de 2008) como por la riqueza expresiva y el ritmo que son habituales en la obra de Vargas Llosa. Un poco en la línea de lo que luego sería el imprescindible La verdad de las mentiras, Historia secreta... es un librito interesante que he disfrutado mucho.

martes, 2 de noviembre de 2010

Arroz pasado, de Juanjo Sáez


Título: Arroz pasado
Título original: Arròs covat
Autor: Juanjo Sáez
Editorial: Reservoir Books, 2010


Después de obras muy celebradas y aclamadas, tales como El arte, y de descalabros y decepciones, como las tiras que le encargó El País, vuelve Juanjo Sáez por sus fueros, con su desparpajo natural y su estilo naif y chapucero, en el mejor de los sentidos. A mí me encanta su estilo sencillo, de trazos rápidos, con textos escritos a mano, intencionadas faltas de ortografía y, en general, un estilo fresco, espontáneo, que da la impresión de improvisación y falta de reflexión. Creo que en esa frescura reside buena parte del encanto de este dibujante, cuya obra hay que conocer.
Yo lo descubrí hace unos años y por casualidad, dando vueltas por una librería . Que El arte llamase mi atención desde la estantería es un misterio , pero ejerció al instante un influjo sobre mí que hizo que me entusiasmase con esta aproximación desenvuelta y desmitificadora al arte, que desenmascara algunos recovecos oscuros y ensalza las virtudes del mundo del arte. Es un volumen absolutamente delicioso, tierno y genial que recomiendo vivamente.
Antes de eso, publicó Viviendo del cuento, un divertido repaso a ciertos aspectos de la modernor, donde no deja títere con cabeza. Y después llegó Yo, su particular ajuste de cuentas a raíz de las decepcionantes tiras que publicó en el diario El País hace unos veranos.
Arroz Pasado recupera sus temas preferidos, los personajes más cool de una Barcelona ensimismada, llena de diseño y glamour. El libro nace como guión de una serie de televisión, un encargo de TV3. Y me ha gustado. He disfrutado de sus casi 800 páginas, y ésta es sólo la primera parte.
Gracias, Juanjo, por seguir refrescándonos con una obra tan suculenta como ésta. Ahora acudiré a la red para no perderme los episodios de la serie mientras espero el siguiente volumen.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Tres maneras de volcar un barco, de Chris Stewart


Título: Tres maneras de volcar un barco
Autor: Chris Stewart
Editorial: Salamandra, 2010


Chris Stewart es conocido en nuestro país por su libro Entre limones, que según tengo entendido narra su vida en España. Creo que es, por tanto, uno de tantos ingleses que se ponen el mundo por montera, viajan sin reparos y se buscan la vida de cualquier manera, abiertos a la improvisación y la inestabilidad, algo que siempre me ha sorprendido de los británicos.

Hace unas semanas, Stewart fue entrevistado por Pepa González en RNE, en ese programa incombustible y gozoso que emiten los fines de semana por la mañana, Hoy no es un día cualquiera. Mientras me revolvía perezosamente entre las sábanas, pues la cama es mi sitio preferido para escuchar este programa, escuché la entrevista en la que también hablaron de Islandia, país que visité hace un año y que me fascinó. Sin lugar a dudas, me habría quedado a vivir allí durante una temporada, al menos hasta que el frío intenso y las larguísimas noches me hubiesen hecho rehacer las maletas para volver a España. Al oir que en Tres maneras de volcar un barco se narra un viaje a Islandia y más allá, me pareció apetitoso acercarme a mi librería y agenciarme el libro.
Lo comencé con cierta desgana, amplificada por la falta de tiempo para dedicarle una lectura tranquila que abarcase al menos unas cuantas páginas en cada sesión. No me ha decepcionado, pero debo admitir que hasta que no llegó un fin de semana largo que me ha permitido estirarme en su lectura, no lo he disfrutado plenamente. Se lee con facilidad, con amabilidad, y me ha permitido vivir un extraño, peligroso y apasionante viaje a Islandia y Groenlandia, entre otras experiencias en las islas griegas. Nunca he viajado en un barco pequeño, no tengo ni idea de navegación ni se me ha pasado nunca por la cabeza, pero este libro me ha permitido vivir la experiencia de primera mano y sin moverme de casa. Una nueva ocasión de confirmar, y disfrutar, la magia de la lectura.

domingo, 31 de octubre de 2010

El gourmet solitario, de Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi


Título: El gourmet solitario
Autores: Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi
Editorial: Astiberri, 2010
Primera edición en japonés: 1997

Mientras sigo postergando o aplazando la lectura de Algo elemental, gozosa obra llena de erudición y calidad, me voy enganchando a otras lecturas, tal vez más ligeras pero no por ello menos interesantes.

La obra de la que me ocupo en esta entrada es bastante peculiar. En pleno boom del cómic y la novela gráfica, se publica en castellano El gourmet solitario, obra de los japoneses Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi publicada en japonés en 1997, aunque alejada de la moda manga (que también hace furor en estos tiempos). Narra simplemente las andanzas de un solitario comerciante y la forma en que sacia su apetito cada día en locales de diferentes barrios y zonas del país a los que su trabajo le lleva. Con un estilo muy contenido y parco, bastante habitual en el género, con un dibujo de líneas claras y personajes (curiosamente) más bien de rasgos occidentales, me ha parecido interesante el enfoque antropológico que se va desprendiendo de la narración: comer para saciar el apetito, las diferentes cocinas (popular, elitista,...) y la riqueza cultural que aportan, la relación entre la comida, los sentimientos, los recuerdos y las emociones,... En definitiva, esas cosas que convierten un acto tan cotidiano y rutinario en una de las formas más elevadas de la cultura humana: la capacidad de transformar las materias más humildes y modestas en alimentos para el cuerpo y el alma.
El gourmet solitario es también un viaje por la ciudad de Tokio y otras zonas del país, un recorrido gastronómico y vital que puede llamar especialmente la atención de aquellas personas interesadas en la gastronomía japonesa, más allá de la archiconocida y ya trivializada cocina china, establecida desde hace años en medio mundo.
Una nueva ocasión de comprobar la fuerza y la osadía del género, que se atreve con temas novedosos e interesantes.

lunes, 11 de octubre de 2010

Del Corfú de Durrell al Londres de Enric González


Una vez finalizado el fantástico viaje a la isla griega de Corfú, de la mano de Gerald Durrell con Mi familia y otros animales, (libro y viaje que recomiendo vivamente, y que continuaré con los siguientes títulos de la trilogía), volví a pasar por Londres acompañado en esta ocasión de Enric González, periodista que desempeñó allí su trabajo durante un tiempo.

Historias de Londres (RBA, reedición de la primera edición de 1999) parte de la fascinación por esta gran ciudad, grande en todos los sentidos, que profesa González, y que no necesitaba transmitirme , pues es una ciudad que admiro desde el ya lejano momento en que llegué al "baggage claim" del monumental (en todos los sentidos; desde entonces me fascinan estos espacios de tránsito perpetuo) aeropuerto londinense de Heathrow.

Este libro cuenta con mi complicidad desde el mismo título, por tanto es como conversar tranquila y emocionadamente con alguien que siente lo mismo por la ciudad. Una lectura-conversación agradable, nostálgica, que me aporta datos y secretos que no conocía, y me permite pasear de nuevo por sus calles, entre sus gentes.

Pasé unos días de agosto de este año en la capital británica, tan espléndida o más que siempre, y redescubrí la fuerza narrativa de sus edificios, jardines, calles y otros detalles. Todo me habla de su pasado, de otros tiempos, de la historia interminable de una ciudad que adoro y que me acogió como una gran madre.

Con Enric González, he compartido la añoranza y las historias de la ciudad. Un libro que se lee de un tirón, con agrado, y que recomiendo a todos los que gustéis del viaje (aunque sea con un libro entre las manos).

Y ya estoy haciendo las maletas para enfrascarme en un nuevo viaje. Todavía estoy decidiendo adónde.

viernes, 1 de octubre de 2010

Renovación Alianza Editorial



Hace unos días caminaba por los pasillos de mi librería de referencia, cuando di con un curioso estante vertical hecho de cartón, del tono marrón oscuro que es propio del cartón no tratado con pinturas ni esmaltes. Permitía que los libros que contenía se mantuviesen en posición vertical, ligeramente inclinados hacia atrás, pero siempre dando la cara, es decir, la cubierta. Para mi gran sorpresa y regocijo, se trataba de los primeros títulos de la renovada colección de bolsillo de Alianza Editorial.

Fundada en 1966, año emblemático de mi vida por ser el primero, Alianza nos regaló durante años una colección de bolsillo auténtica, muy personal y accesible, con unas magníficas cubiertas de Daniel Gil que rompían con el libro tradicional, demasiado serio y falto de elocuencia en su apariencia externa.

Recuerdo las estanterías de algunas librerías repletas de títulos magníficos de esta colección, todos a precios asequibles, y también recuerdo cuando se celebró el volumen 1.500 con el exquisito
Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda. Después hubo una extraña transición, con la aparición de las bibliotecas de autor, que nunca acabaron de gustarme del todo, aunque adore los títulos de Borges o Brecht que conservo.

Ahora, hace unos días, descubro con regocijo la renovada colección de bolsillo de Alianza, que me recuerda a la antigua. Claro está que me abalancé sobre la estantería y tuve que contenerme para no llevármela entera. Pero junto a mí tengo dos ejemplares, uno de ellos,
El señor de las moscas, de William Golding (¿alguien recuerda la cubierta de la antigua colección, con la imagen de un caracol, si la memoria no me falla?). El otro, Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell, cuya lectura ya he comenzado y que no me está decepcionando en absoluto. Al contrario, me está llevando en estos cálidos días de septiembre al verano bucólico, sin nada que hacer, de la loca familia Durrell en la isla griega de Corfú, y despierta en mí la nostalgia del tiempo idealizado por la memoria y recuperado gracias a la lectura.

Habiendo aparcado, para su correcta dosificación, la lectura de
Algo elemental, de Weinberger, me deleito estos días con la familia Durrell en Corfú, al tiempo que ansío tener horas libres para atacar ese ejercicio ambicioso que es la tetralogía El cuarteto de Alejandría, del hermano mayor de Gerald, Lawrence.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Juntos, nada más, de Anna Gavalda,


Buenos y fiables amigos y amigas me habían recomendado en varias ocasiones leer alguna obra de Anna Gavalda. A mí siempre me daba la impresión de que no era el tipo de literatura que me va a mí, y sigo pensando lo mismo después de la lectura de Juntos, nada más, sólo que ahora estoy más abierto a esos que no son mis estilos de literatura. Porque en realidad he disfrutado leyendo esta novela, larga para mis gustos y hábitos lectores, de lo que finalmente me convenció Goizeder, del blog Cuéntate la vida (que además cuenta esta obra mucho mejor que yo).
Juntos, nada más cuenta la historia de cuatro personajes a la deriva, que se encuentran en momentos muy difíciles y desesperados, que finalmente acaban apoyándose unos en otros y ayudándose a encontrarse a sí mismos y su sitio en el mundo. La escritura de esta novela está llena de diálogos, y tuve que acostumbrarme a volar sobre las líneas, a ir extrayendo la información esencial para recrearme en los personajes y sus andanzas. Tiene esa mágica cualidad de la lectura que hace que en el momento en que abres el libro ya te sientas automáticamente al lado de esos personajes, pegado a ellos, oyendo prácticamente su respiración, sus miedos, sus anhelos.
En tiempos en que necesitas huir de tu entorno inmediato en algún momento, en que necesitas dialogar con otras personas lejanas y nuevas, esta lectura me ha resultado muy satisfactoria.
Radicalmente opuesta es la lectura que inicié después de despedirme de esos cuatro personajes renacidos de sus cenizas. Se trata de una obra difícil de clasificar pero que me está resultando fascinante: Algo elemental, de Eliot Weinsberger. Cuando termine de leerla, hablaré de ella en este blog.

Y tú, ¿qué estás leyendo?

domingo, 18 de julio de 2010

Vuelta al blog: Kirmen Uribe y Coetzee



Como me disperso un poco en la vida, y mis intereses dan volantazos con frecuencia, pasando del teatro a la novela, de la fotografía a la cocina o a la literatura infantil, tenía este blog un poco abandonado. Hoy, de casualidad, he pasado por aquí y me he encontrado unos cuantos comentarios que me han animado. Me sabe fatal no contestar a los mismos, así que hago un saludo general para aquellas personas que han comentado en los últimos tiempos sin recibir una simple contestación mía. Daos por saludadas, y que sepáis que este es también vuestro blog y que me encanta recibiros.

Y voy a haceros unas recomendaciones. Estuve en Madrid a finales de mayo y me pasé por la Feria del Libro, donde disfruté muchísimo. Allí tuve ocasión de conocer, entre otros, a Kirmen Uribe, un joven escritor vasco, que me pareció majísimo, y al que le compré un libro de poemas, "Mientras tanto cógeme la mano" (Visor), muy recomendable. Con él hablé un rato y, después de leer sus poemas, me animé con su novela "Bilbao-New York-Bilbao", que recibió el Premio Nacional de Narrativa. Muy muy recomendable, reinventa en cierto modo la novela tradicional, creando una especie de documento de memorias personales y familiares, con una sensibilidad exquisita y momentos hermosos. Para leerlo y disfrutarlo.

Por otra parte, ahora que hemos tenido a Sudáfrica de actualidad con el Mundial de Fútbol, a mí me ha dado por continuar leyendo a Coetzee, de quien ya conocía la curiosa "Elizabeth Costello" y la magistral, en mi opinión, "Desgracia". Ahora me he inclinado por su primer libro de memorias, "Infancia" donde narra sus primeros años de vida a tumba abierta, en tercera persona, como si no estuviese hablando de sí mismo. Me ha gustado y voy a buscar ya la continuación, "Juventud".

Felices lecturas para el verano. Si pasas por aquí, se aceptan las recomendaciones.

jueves, 21 de enero de 2010

Amigos que leen libros

Hoy me ha visitado una amiga que también disfruta de la lectura. Me está contando que tuvo ocasión de leer mucho, mucho el pasado verano, mientras se alojaban en la caravana aparcada en un camping de Tarragona. Ahí van algunas de las recomendaciones que me está haciendo:


- Anatomía de un instante, de Javier Cercas.

- El corazón helado, de Almudena Grandes

- La soledad de los números primos

- El caballero de la armadura oxidada

Ahora podemos compartir estas lecturas