sábado, 17 de noviembre de 2007

Una de ratas: A propósito de "Firmin", de Sam Savage

Allí estaba. Uno suele entrar muchas veces a una librería sin saber realmente lo que quiere, en busca de una epifanía, de un descubrimiento maravilloso. Ayer fue una de esas ocasiones. Durante el día no hubo ningún signo que hiciese pensar en que algo especial estaba por llegar, y sin embargo ocurrió. Allí estaba, esperándome, quieto, silencioso, pero diciendo con su voz callada: “Aquí estoy. No pases de largo”. ¡Qué colosal energía puede tener un libro! Los amantes de la lectura sabemos bien que la puede tener en grandes cantidades entre sus páginas, pero no siempre sospechamos que pueda desplegar su fuerza sin que ni siquiera lo hayamos tocado.

En la portada, sobre un fondo blanco inmaculado, el de los libros de Seix Barral, hay una ilustración a lápiz de una rata desaliñada leyendo un grueso libro. El ilustrador, Fernando Krahn, también ha realizado las que acompañan al texto en el interior del libro. Desconozco si son las de la edición original. Una portada magnífica, un título prometedor, un personaje que cautiva en las primeras líneas, un autor desconocido, Sam Savage… y un arranque brutal, en el que cita tres fantásticos arranques de Nabokov, Tolstói y Ford Madox Ford. Firmin, la rata culta, devoradora de libros y solitaria que protagoniza la historia, reflexiona a continuación, con no poca ironía y hasta crueldad, sobre esta fundamental parte de una obra literaria:

Concebía la primera frase como una especie de útero semántico repleto de atareados embriones de páginas sin escribir, resplandecientes pepitas de genio, ansiosas de nacer. De ese gran recipiente fluiría, por así decirlo, el relato completo. ¡Qué desilusión! (p.12)

Al narrar sus primeras horas de vida, en un mausoleo de libros, un museo de tesoros olvidados, un cementerio de lo no leído y lo ilegible (p.17), dice:

Yo nací, fui acogido y me amamantaron en el armazón deshojado de la obra maestra menos leída del mundo. (p.21). Se refiere a Finnegans Wake, de James Joyce.

No me extenderé adelantando más “perlas” de esta sorpresa literaria. Sólo he leído el primer capítulo y me ha gustado tanto que ya me atrevo a recomendarla sin reservas. Aunque el resto me decepcione, las páginas que ya he leído valen por sí solas para justificar la recomendación. No quiero desvelar nada más, debéis disfrutarla y descubrirla vosotros mismos.

Sam Savage. Firmin. Editorial Seix Barral. 2007

1 comentario:

Ninuki dijo...

Tal ha sido el entusiasmo con que nos presentas este libro que no he dudado en comprarlo.
Ahora os he de confesar que ya no volveré a ser la misma después de conocer a Firmin. Él me ha cambiado, me ha dado sabiduría, bondad y esperanza. Su despedida me ha producido una honda tristeza y siempre habrá un recuerdo suyo en mi corazón, un antes y un después de Firmin.
Hacía tiempo que no me conmovía tanto una historia tan tierna y auténtica y tan bien escrita.
Gracias por tu recomendación.
Ninuki